Por fortuna los tiempos han cambiado, nuestra forma de vivir, la tecnología y las oportunidades también. Las mujeres ya no estamos condenadas a casarnos para tener hijos, mucho menos estar en pareja, y los varones no necesitan de una pareja heterosexual para tenerlos. Pueden buscar un embarazo con el apoyo de una mujer a través de la gestación subrogada, aunque este procedimiento siga estando prohibido por muchas legislaciones en el mundo y genere grandes controversias.
Las decisiones reproductivas, la fertilidad, la paternidad hasta el día de hoy parecerían temas tabúes en la Latino América. No sólo carecemos de leyes que hagan cumplir nuestros derechos reproductivos sino lo más importante, el interés por hacerlos valer. Esto significa que podamos elegir con quién tenerlos, el momento y el espaciamiento entre ellos. Por desgracia, tenemos los índices más altos de embarazos adolescentes, está prohibida la interrupción de éste en muchos países latinoamericanos, y no tenemos acceso gratuito a la reproducción asistida. Sí, esta última también nos permite ejercer este derecho fundamental de elegir cuándo tenerlos, con quién, y su espaciamiento.
Por otro lado, tener hijos en este momento le resulta muy difícil a la gente joven por la inestabilidad económica y emocional en sus vidas, ya no vivimos con las certezas y compromisos con los que nuestros abuelos vivían, aunque según
Steven Pinker
y su análisis estadístico actualmente se vive mejor.
De pronto, el querer tener hijos ya no se ajusta al momento en el que vivimos. Atravesamos por una crisis climática, existen más de 6,000 millones de habitantes, aparece una pandemia que nos confina a todos y destruye la economía mundial en 3 meses, los recursos son cada vez más escasos ¿Qué mundo le dejaremos a nuestros hijos ? se pregunta la generación de
Greta Thunberg. Y así se pasarán los años más fértiles de nuestras vidas debatiéndonos si queremos o podemos ser padres. Como consecuencia, las mujeres que esperamos más de 40 años para dar ese paso, tenemos que enfrentarnos a una serie de estudios para descubrir si somos fértiles y en los varones desmerece su fertilidad, aunque ellos se asuman con una fertilidad y vitalidad de adolescentes.
Gracias a mi experiencia como
asesora reproductiva
he tenido la oportunidad de conocer casos de mujeres en edad reproductiva que desean ser madres en solitario. Algunas, por suerte, pueden ejercer con libertad su
autonomía reproductiva
porque cuentan con los recursos materiales, emocionales, y la posibilidad de tener una asesoría reproductiva para apoyarlas en la toma de decisiones. No todas las mujeres o parejas saben que existe este servicio, no sólo porque en general no se habla sobre estos temas con apertura y antelación a menos de tener dificultad para concebir, sino también porque es una servicio pionero e innovador en México.
Afortunadamente el paradigma de la mujer ha ido cambiando, más mujeres tienen la oportunidad de estudiar y desarrollarse profesionalmente y pueden esperar o poner en pausa su maternidad apoyadas por la reproducción asistida.
Mi trabajo como asesora me permite facilitar las
decisiones reproductivas
de mujeres, hombres, parejas con cualquier orientación y preferencia sexual, desde una perspectiva más amplia que no sólo se enfoca en la cuestión biológica, en la capacidad de procrear sino de aspectos importantes como los éticos, sociales, psicológicos, legales y económicos desde la mirada bioética que reúne a conversar a todas estas disciplinas, y que es mi área de especialidad.
Ana Violeta Trevizo es Doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad Nacional Autónoma de México, Fundadora y Directora de
vitadecisions
una startup online dedicada a asesorar y facilitar la toma de decisiones reproductivas éticas.
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Do I decide or the crisis decides for me?
We have lived in the old paradigm in which reproductive decisions largely depended on our marital status or on being in a relationship.
Fortunately, times have changed, our way of life, technology, and opportunities too. Women are no longer condemned to be married to have children, much less to be in a relationship, and men do not need a heterosexual partner to have kids. They can seek a pregnancy with the support of a woman through surrogacy, although this procedure is still prohibited by many countries around the world and it generates great controversy.
Reproductive decisions, fertility, parenting to this day would seem taboo subjects in Latin America. Not only do we lack laws that enforce our reproductive rights, but most importantly, the interest in enforcing them. This means that we can choose who to have them with, the timing and the spacing between them. Unfortunately, we have the highest rates of teen pregnancy, termination is prohibited in many Latin American countries, and we do not have free access to assisted reproduction. Yes, the latter also allows us to exercise this fundamental right to choose when to have them, with whom, and their spacing.
On the other hand, having children at this time is very difficult for young people due to the economic and emotional instability in their lives, we no longer live with the certainties and commitments that our grandparents lived with, although according to
Steven Pinker
and his statistical analysis nowadays we live better.
Suddenly, wanting to have children no longer adjusts to the moment in which we live. We are going through a climate crisis, there are more than 6,000 million inhabitants, a pandemic appears that confines us all and destroys the world economy in 3 months, resources are increasingly scarce. What world will we leave to our children?
Greta Thunberg’s generation wonders. And so the most fertile years of our lives will be spent debating whether or not we want to be parents. As a consequence, women who wait more than 40 years to take that step have to face a series of studies to discover if they are fertile, and in men fertility decreases, even if they assume they have the fertility and vitality of an adolescent.
Thanks to my experience as a reproductive advisor
I have had the opportunity to learn about cases of women in reproductive age who want to be single mothers. Some, luckily, can freely exercise their reproductive autonomy
because they have the material, emotional resources, and the possibility of having reproductive advice to support their decision-making process. Not all women or couples know that this service exists, not only because in general these issues are not discussed openly and in advance unless they have difficulty conceiving, but also because it is a pioneering and innovative service in Mexico.
Fortunately, the paradigm of women has been changing, more women have the opportunity to study and develop professionally and can wait or pause their motherhood supported by assisted reproduction.
My work as an adviser allows me to facilitate the
reproductive decisions
of women, men, couples with any sexual orientation and preference, from a broader perspective that not only focuses on the biological condition, on the ability to procreate but on important aspects such as ethics, social, psychological, legal and economic issues from the bioethical perspective that brings together all these disciplines to talk, and that is my area of expertise.
Ana Violeta Trevizo is a Doctor of Health Sciences, graduated from the National Autonomous University of Mexico. Founder and Director of
vitadecisions
an online startup dedicated to advising and facilitating ethical reproductive decision-making.